Hace poco tiempo que se presentó el DNI 3.0. La nueva versión del DNI electrónico asegura mayor adaptación a la LOPD (Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal) y la LSSICE (Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico).
El DNI electrónico no tuvo la acogida que se esperaba. A pesar de que utilizándolo se garantizaba realizar compras u operaciones bancarias online de manera más segura, la falta de información y el deber tener un lector conectado al ordenador (por citar dos posibles causas) impidieron su implantación. Es más, la mayoría de los eCommerce y sistemas de banca online ni siquiera habían implantado esa posibilidad de registro.
A pesar de las mejoras en comodidad y protección de datos, los recelos a este innovador DNI han impedido su difusion
El DNI 3.0 cuenta con tecnología NFC (Near Field Communication) incorporada, que permite el intercambio de información entre dos dispositivos próximos. Esta tecnología ya se encuentra en teléfonos móviles, tarjetas de crédito o abonos de transporte. Por ejemplo, el Apple Pay, sistema de pagos móviles de Apple funciona con NFC. Además, el DNI 3.0 se podrá utilizar de manera más segura como documento de viaje y también se facilitará la interacción con smartphones y ordenadores.
La protección de los datos personales es otra de las cuestiones que se pretenden mejorar con la implantación del DNI 3.0. Con este documento se acreditará la identidad de las personas, a la vez de facilitar los trámites con la administración: comunicarse con la Policía, el Ayuntamiento o la Seguridad Social; consultar la vida laboral o multas de tráfico; autorizaciones para el colegio, pago de tasas… O el uso más comentado, el de que las autoridades puedan conocer de manera inmediata el historial de un ciudadano.
Las empresas tienen que prepararse pues para facilitar su uso, a través de una auditoría de sistemas realizada por una consultoría.
