El turismo es uno de los principales motores de la economía española ya que aporta un 11% al PIB nacional y 10% al empleo. Estos datos se elevan más todavía en las regiones con mucho turismo como las Islas Baleares o centros neurálgicos del país como Madrid y Barcelona. Al desarrollo turístico se le suman conceptos relacionados con la ecología o la conservación de espacios naturales; en consecuencia, las empresas turísticas se deben adaptar a unos clientes más exigentes y respetuosos con el medioambiente, certificando sus modelos de gestión de acuerdo a las normas ISO actuales, como la 9001 o 14001. Esto afecta directamente a las empresas en zonas costeras ya que deben respetar los sistemas de gestión en las playas y necesitan de una auditoría o consultoría experimentada en estos temas.
Las empresas turísticas tienen que adaptarse a la LSSICE
Implantar Sistemas de Gestión en zonas de playa, además de permitir a las empresas cumplir la ley, previene la contaminación, reduce riesgos sanitarios y permite reflejar una imagen positiva de la empresa a nivel comunicación ya que los clientes la percibirán como responsable. Estos sistemas resultan necesarios dada la amplia afluencia de turistas a estas zonas y los riesgos que surgen de ella: sobre explotación de recursos, problemas de higiene, construcciones insostenibles, sistemas dunares desprotegidos, quejas, etc.
De la misma manera, en el caso del comercio electrónico, es importante para las empresas turísticas tener en cuenta el cumplimiento y la adaptación a la LSSICE (Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico), ley elaborada por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo; y el cumplimiento y adecuación de la LOPD (Ley Orgánica de Protección de Datos).
La ciudadanía exige cada vez más a las empresas el cumplimiento de las normas medio ambientales y de privacidad. Su cumplimiento puede ser un punto positivo en el marketing de las empresas turísticas.
