La extensión masiva de las nuevas tecnologías es un hecho indudable que ha traído consigo un cambio en la visión global del mundo, para todos los sectores de población. Precisamente uno de los grupos que más utilizan estas nuevas tecnologías, los menores de edad, resulta ser también el sector de la sociedad más sensible en relación a la protección de datos y el derecho a la intimidad en las nuevas tecnologías. Recientemente, la ONU alertó sobre la falta de protección que los niños tienen en su acceso a las nuevas tecnologías, muy especialmente en relación a las redes sociales. El representante de este organismo para la lucha contra la violencia hacia los niños alertaba de la inexistencia de una normativa específica en la mayoría de países de Latinoamérica.
En España, en cambio, la LSSICE (Ley de la Socieddad de la Información y el Comercio Electrónico) y la LOPD sí que contemplan una mayor protección de los derechos de la infancia, ya que los menores de edad son considerados como especialmente vulnerables. Asimismo, la Agencia Española de Protección de Datos emite regularmente recomendaciones para padres e hijos, con el objetivo de promover el conocimiento sobre cómo proteger nuestros derechos en Internet
Igualmente, es revelador el hecho de que la Asociación Española de Pediatría haya lanzado un mensaje anunciando que se incorporarán preguntas sobre el uso de las nuevas tecnologías en sus charlas con menores. Esta auditoría sobre el uso (y posibles abusos) que los menores de edad hacen de las nuevas tecnologías se centrará, sobre todo, en las redes sociales, tanto por ser la herramienta más utilizada por los menores de edad, como por suponer, de facto, el lugar donde su Derecho a la Intimidad puede ser vulnerado con mayor facilidad.
Pese a la legislación vigente y la posibilidad de realizar alguna consultoría, serán de nuevo la precaución, la prevención y el conocimiento de los propios derechos, las mejores armas para afrontar los retos de la sociedad global en relación a la protección de datos.
