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El nuevo ordenador de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense superará barreras de encriptación

máquina de cifradoLa NSA pone en su punto de mira, de esta forma, la última barrera de seguridad personal y derecho a la intimidad que se mantiene a nivel digital.

A principios de los años 40 científicos y matemáticos estadounidenses trabajaron duramente para poder decodificar la máquina de encriptado Enigma, con la que la Alemania de Hitler daba sus órdenes cifradas.

Algo parecido es lo que pretende hacer la NSA (Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos) que lleva años trabajando en un ordenador que podrá romper cualquier tipo de barrera de encriptado. Para ello se está desarrollando el proyecto POD, que busca la construcción de un ordenador cuántico para poder entrar en cualquier tipo de información, por muy encriptada que se encuentre. La base del ordenador cuántico es el trabajo con un tercer elemento que es a la vez uno y cero, y que por lo tanto posibilita una potencia de análisis mucho más rápida y mayor.

La consecución de esta tecnología sería, a juicio de algunos abogados y agencia de protección de datos, un paso definitivo hacia la total pérdida de privacidad en la Red, mientras que la Agencia Española de Protección de Datos, con sede en Madrid, ha declinado hacer declaración alguna al respecto. No obstante, preguntados al respecto diversos expertos del Instituto Tecnológico de Massachusetts apuntan a la imposibilidad de que la NSA tenga muy adelantado el proyecto de este ordenador, algo que choca con las filtraciones de Edward Snowden. Hay que poner en cuarentena, sin embargo, estas afirmaciones, ya que la construcción de un ordenador cuántico es un aspecto tecnológico en el que Europa (especialmente gracias al CERN) está bastante más adelantada que Estados Unidos, y parece complicado que la NSA hubiera podido acceder a conocimientos suficientes como para poner en funcionamiento esa máquina.

Sea cierta o no esta información confidencial parece claro que estamos abocados, al menos según el actual patrón de funcionamiento mundial, a una progresiva pérdida de privacidad en la Red. Una situación indeseable que tan sólo el conocimiento de nuestros derechos como usuarios puede frenar.

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