Un reciente estudio apunta hacia un cambio en la tendencia de las actividades delictivas a gran escala en el futuro.
Los ecos del caso de espionaje que la agencia de Seguridad Estadounidense (NSA) ejercía sobre diversos Gobiernos y personalidades de todo el mundo aun resuenan. Más allá de consideraciones legales sobre dichos hechos, resulta interesante constatar cómo a partir de los mismos parece haber abierto una nueva vía de reflexión por parte de toda la sociedad mundial, relacionada con la importancia de la protección de la intimidad y los datos personales en la Red.
Dentro de este clima no es de extrañar la aparición de diferentes estudios que apuntan la posibilidad de que el ciberespionaje se acabe convirtiendo en una actividad criminal más rentable que el tráfico de drogas o la piratería. Dichas conclusiones, extractadas tras establecer entrevistas con miembros de plataformas de seguridad en la red, se extraen a partir de hechos concretos relacionados con esta actividad.
De un lado, es evidente que el ciberespionaje no exige apenas inversión inicial o mantenimiento económico. Una sola persona bien equipada puede acceder a datos personales de incalculable valor, eliminando todo tipo de intermediación al respecto. De otro, la existencia de enormes bolsas de datos en la Red hace que prácticamente todos los sectores poblacionales puedan ser espiados y, en su caso, aprovechados económicamente a partir de dicha información. Sin duda un negocio tan amoral como rentable.
Es por ello que la insistencia sobre la necesidad de una adecuada protección de datos en la Red está absolutamente justificada, tal y como saben los diferentes sectores de la abogacía y la agencia de protección de datos personales, que llevan años bregando con este problema, y como ha reconocido de forma implícita la propia Unión Europea al avanzar hacia una Ley comunitaria de Protección de Datos. La Red se ha convertido en un inmenso cajón de sastre en el cual se encuentran los datos personales y corporativos de un inmenso número de personas físicas y jurídicas. Protegerlo es una labor de todos que no puede ni debe de ser postergada.