Creado hace ya casi cinco años, el término Big Data hace referencia a una serie de informaciones personales sobre los particulares que puede llegar a atentar contra su derecho a la intimidad.
Desde hace ya un tiempo en el mundo de la protección de datos a nivel digital hay un nombre que aparece por doquier, y que hace referencia a un concepto abstracto, pero existente, que podría tener suma importancia en este campo. Ese nombre es Big Data.
Pero, ¿qué es el Big Data? Esta expresión hace referencia al conjunto de datos y huellas digitales que cada persona va dejando a su paso por la red, bien en materia de cookies, de perfiles en redes sociales o, sencillamente, de navegación por Internet. A su vez, el Big Data será la unión de cada uno de estos fenómenos individuales, dando lugar a un gigantesco banco de datos a nivel global, cuyas informaciones han sido recogidas de forma totalmente legal de la web. Datos puestos, en definitiva, a disposición de terceros.
Este caudal incesante de información no solamente resulta de interés para empresas de marketing online, aunque sean estas las más beneficiadas por él. Bien al contrario, el Big Data constituye una completa conciencia global capaz, incluso de predecir tendencias futuras, como por ejemplo un mayor riesgo de contraer ciertas enfermedades en relación al lugar de residencia o los hábitos alimenticios y deportivos.
Ahora bien, ¿no constituye todo esto una falla en el sistema de protección de datos? Resulta claro que la red supone, en ocasiones, una fuga para el derecho a la intimidad, aunque hay que concretar que la mayoría de las veces se debe a un desconocimiento de sus derechos por parte del usuario. Sin embargo, la existencia de un completo “dni electrónico” en relación a gustos y tendencias podría suponer la pérdida definitiva de la privacidad. La Ley Orgánica de Protección de Datos plantea mecanismo suficientes para protegerla, pero ¿cuántos usuarios conocen dichos mecanismos? Seguramente en estos casos lo más seguro sea acudir a una agencia de protección de datos para conocer exactamente cuáles son las posibilidades en internet, y frenar de esta forma la extensión de nuestro perfil en esta Big Data.
Sin duda alguna nos encontramos, una vez más, ante el eterno debate entre derecho a la intimidad y extensión de datos personales en la Red. Un debate que está muy lejos de terminar.
