Un reciente estudio alerta sobre la posibilidad de que las cajas negras que ya aparecen instaladas en algunos coches atenten contra el derecho a la intimidad.
Hace unos pocos años la mención a las cajas negras nos llevaba de forma ineludible a pensar en aeropuertos y aviones. Y es que este tipo de vehículos eran los únicos que portaban las cajas negras, artefactos que guardan de forma permanente una serie de pautas de información y que resultan de suma utilidad para esclarecer cualquier tipo de accidente.
Ello ha cambiado en la actualidad, cuando trenes y camiones ya portan este tipo de artefactos. Además, cada vez más coches la llevan incorporada, siguiendo el ejemplo de lo que ocurre en Estados Unidos, donde las cajas negras aparecen ya en la mayoría de los modelos. Algo que según han apuntado diversos expertos, podría atentar contra la intimidad personal.
La propia Agencia Española de Protección de Datos ha alertado sobre la posibilidad de que se hagan usos excesivos con los datos que graban las cajas negras. Es mismo organismo ha señalado que el uso proporcionado de datos debe de regir para la recolección de los que las cajas negras instaladas en turismos contengan, evitando de tal forma una intromisión en la intimidad personal no sólo de los conductores, sino también de otros usuarios de la vía pública. Debe de existir, pues, una información exhaustiva sobre lo que ese dispositivo va a hacer, de qué manera va a hacerlo y cuándo comienza y acaba una recolección de datos.
Sin embargo, las cajas negras vienen usándose desde hace años en transporte comercial, con el fin de controlar el movimiento de las flotas de vehículos y poder gestionar seguros más baratos. Algo que, en principio, y tras consulta con letrados especializados en protección de datos y alguna consultoría de protección de datos, no parece vaya en contra de la actual Ley Orgánica de Protección de Datos. Habrá que estar muy pendientes, por lo tanto, de la aplicación en nuestro país de este tipo de controles en vehículos de corte particular.
