En los últimos meses el nombre de PRISM se ha hecho muy popular en los medios de comunicación, y se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para los expertos en manejo de información y las consultorías de protección de datos. Se trata nada menos que del programa de espionaje informático de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA), que hasta ahora se usaba de manera secreta para recopilar información privada de los principales servidores.
Las características del programa PRISM hacen que más de un experto en temas de protección de datos considere que puede ser una potencial violación a la normativa europea de protección de información. Según el sector de la seguridad de la información, debido a sus controvertidas características, el proyecto sería un digno candidato para realizar una auditoría en materia de protección de datos. Por esta razón, se ha empezado a trabajar en el tratamiento que debe recibir desde las instituciones europeas.
La polémica sobre la garantía de protección de datos que puede romper el programa PRISM hace que desde el G29 se hayan pedido a la vicepresidenta de la Comisión Europea, Viviane Reding, explicaciones sobre ese programa y sobre la legislación estadounidense en materia de control de ciudadanos europeos. Los responsables de este grupo de trabajo han solicitado, en concreto, aclaraciones sobre la naturaleza exacta de las informaciones captadas, sobre las condiciones en que las autoridades de Estados Unidos pueden acceder a esos datos, sobre el tipo de control ejercido por ese país en el proceso y sobre los recursos a los que pueden recurrir los ciudadanos europeos. Muchas consultorías de protección de datos dudan que este tipo de proyectos, de momento, tengan cabida en otros países, ya que por ejemplo en el caso de España debería experimentar la correspondiente adecuación a la LOPD, algo bastante hipotético dado la complejidad del programa PRISM.
El descubrimiento del PRISM
Hasta el pasado mes de junio, el nombre de PRISM no era conocido a nivel público. En este mes se realizó una filtración en los periódicos «The Guardian» y «The Washington Post», que hizo salir a la luz pública documentos secretos que hablaban de una vigilancia generalizada en las comunicaciones telefónicas y digitales. El autor de esta filtración fue el ahora popular extécnico de la CIA Edward Snowden, que desveló que la conocida como Ley Patriota permite el acceso a los datos telefónicos de millones de personas.
