El caso Snowden no ha afectado solo a la concepción de seguridad de la información en Estados Unidos. Muchos países han visto como sus esquemas se rompían, y como necesitan garantizar la protección de sus datos de una manera más efectiva. El último de los países en anunciar iniciativas en este sentido ha sido Brasil, cuyo Gobierno pretende que las grandes compañías de Internet almacenen los datos en el país. Las primeras reacciones en contra no se han hecho esperar.
El Gobierno brasileño presidido por Rouseff ha hecho pública su intención de obligar a Google y a Facebook a trasladar sus bases de datos y las informaciones que recogen sobre sus ciudadanos al mismo Brasil. Esto tendría un doble efecto, positivo para el país, pero de consecuencias imprevisibles: por una parte, se obliga a los grandes de Internet a invertir en el país y, por otra, se convierte en una garantía de seguridad de la información ante un futuro caso Snowden.
Desde el Gobierno brasileño se afirma que de esta manera se garantiza la posición de fuerza del país ante cualquier problema relacionado con la seguridad de la información en Internet. Además, también se afirma que con esta medida los usuarios podrían recurrir judicialmente en el caso de que sus informaciones se usen indebidamente. De todos modos, desde el sector de la consultoría de protección de datos se afirma que esto no es posible porque el país aun no tiene una legislación en este sentido.
Las consecuencias de la decisión
Inmediatamente hecho el anuncio de esta decisión, ya se han dado las primeras consecuencias. Google ha expresado su negativa a cambiar el lugar de almacenamiento de los datos, y varios especialistas consideran que la imposición no es la mejor opción para garantizar que ésta sea una buena medida de reforzar la seguridad de la información. En cambio, consideran que el principal problema es el enorme coste que tiene construir un centro de datos en Brasil, debido a su alta carga tributaria.
