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La Unión Europea y Estados Unidos buscan el equilibrio de la protección de datos

Diferentes funcionarios de ambos estamentos debaten las medidas a tomar en relación al derecho a la intimidad y cómo compaginarlo con la protección nacional.

Una de las noticias que más regueros de tinta han hecho correr en los últimos tiempos en relación a la protección de la intimidad ha sido la revelación de que ciertas empresas de la red, entre las que se cuentan varios gigantes de Internet, auxiliaban al gobierno de los Estados Unidos para recabar datos personales en pos de la seguridad nacional.

Ahora, tras más de un mes desde dicha revelación, funcionarios de Estados Unidos y la Unión Europea se reúnen en Washington para debatir sobre el derecho a la intimidad y la protección de datos de los ciudadanos europeos. Un foro en el que, sin duda, estarán muy presentes las consecuencias de esa cooperación gubernativa-empresarial. No en vano dicho foro fue solicitado en una carta que enviaron las mismísimas Comisarias Europeas de Justicia, Viviane Reding, e Interior, Cecilia Mälstrom, a Eric Holder, Fiscal General de Estados Unidos, y que traía causa de los hechos más arriba descritos.

Según han declarado las partes, el objetivo de esta reunión es llegar a una serie de puntos concordantes, especialmente en aquellos aspectos en los cuales Estados Unidos y la Unión Europea mantienen una política de cooperación común, tales como la gestión de datos personales en vuelos internacionales o el secreto de transferencias bancarias. La postura de la Unión Europea es exigir a Estados Unidos garantías en el cumplimiento de dichas políticas, algo que ha sido aplaudido por diversos sectores de la judicatura, la doctrina y alguna consultoría de protección de datos.

Resta por ver cómo responderá el Gobierno estadounidense a la petición de total transparencia que, según Mälstrom, les exigirá. Y es que Estados Unidos se siente con un cierto grado de acoso desde las revelaciones de su cooperación con empresas, y parece que ha entrado en una espiral de autarquía informativa que en nada favorece la correcta relación con la Unión Europea.

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