¿Cuánto sabes acerca de lo que saben de ti? Planteada así la pregunta parece un trabalenguas, pero este planteamiento resulta tan lioso como cierto. A diario facilitamos numerosos datos personales de todo tipo en distintas plataformas, muchas veces lo hacemos de manera consciente y otras muchas no. La teoría dice que en principio en España no se trafica con esas informaciones, pero lo cierto es que las consultoras de protección de datos hace tiempo que están preocupadas por la evolución que pueda adquirir este asunto.
Gigantes como Facebook y Google llegan a conocer información sobre sus usuarios (eso se extrapola a la gran mayoría de habitantes de los países desarrollados) con un nivel de detalle que jamás podríamos imaginar. Cualquier actividad que se realiza en sus plataformas queda registrada. Los gustos, las aficiones, quizás lo menos relevante si lo comparamos con el número de cuenta, tendencia política o planes personales de futuro a título personal. De momento en España el tráfico de estas informaciones no es lícito, algo que no ocurre en Estados Unidos donde los data brokers campan a sus anchas.
Afortunadamente según la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) la protección de información personal es un derecho fundamental que posee el usuario. Este puede controlar sus datos y debe tener siempre capacidad para disponer de los mismos. Las consultoras de protección de datos ayudan a que las empresas se adapten a la ley. Pero ¿cuánto tiempo aguantará ese dique de contención? Es la pregunta que se hacen los profesionales de la seguridad de la información. Y es que ya no https://gesprodat.com/hablamos/ solo de publicidad, en España ahora estamos a la espera de conocer la primera sanción por el uso ilícito de cookies, lo cierto es que polémica va más allá.
El control que muchas empresas hacen de nuestro comportamiento privado en internet puede ser determinante a la hora de la concesión de un crédito. Un ejemplo, la empresa inglesa de préstamos online Wonga valora en que momento del día y la forma que tiene el usuario a la hora de navegar por su sitio web. Wonga rechaza dos de cada tres solicitudes de crédito. La compañía alemana Kreditech además tiene en cuenta la geolocalización del usuario, sus gustos personales, puesto de trabajo, hábitos de compra online, aplicaciones descargadas o sistemas operativos utilizados. Estos hechos son solo ejemplos, ya que los casos en la red se multiplican.
Llegados a este nivel las empresas también deben valorar hasta qué punto es lícito el uso de información para obtener beneficios. La responsabilidad de las empresas es otro factor a debate, sin duda un buen uso de la información es sinónimo de buenas prácticas y eso tarde o temprano el usuario lo contempla y lo valora. En Gesprodat se premia ese compromiso que se plasma a través de los distintos sellos acreditativos, sin duda un distintivo de responsabilidad ante el gran público.
Ante esta tesitura es inevitable plantearse la pregunta ¿estamos realmente protegidos? Internet avanza y es necesario que la legislación y las consultoras de protección de datos le sigan el ritmo.