El respeto a la intimidad personal en las apps, en entredicho

Diversos estudios alertan sobre la posibilidad de que algunas aplicaciones para telefonía móvil atenten contra la protección de datos y el derecho a la intimidad de las personas. La localización a través de la terminal, en el centro de la polémica.

Resulta evidente que los móviles de última generación han supuesto un enorme cambio en la vida cotidiana de todos. Y uno de los elementos que más han contribuido a este cambio han sido las apps, esos pequeños programas que, de forma sencilla e intuitiva, proporcionan ocio o algunos elementos útiles a sus usuarios. Pero, ¿y si esas apps atentaran contra la intimidad personal de quienes las usan?

Esa pregunta es la que se han hecho en diversos estudios cuyas conclusiones publica Haycanal.com. Y dichas violaciones vendrían principalmente a través de la localización constante a la cual están sometidos los usuarios a través de su terminal. Se quiebra de esta forma la llamada privacidad de ubicación, uno de los derechos reconocidos en la Ley Orgánica de Protección de Datos española.

Y es que, como alertan las empresas de consultoría de protección de datos, las aplicaciones que tienen una utilización online están sujetas tanto a esa LOPD como a la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información, y ambas normas prevén esa privacidad de ubicación en su articulado.

La propia Unión Europea no ha permanecido ajena a estos problemas, y hace pocas fechas las autoridades encargadas de la protección de datos a nivel continental han publicado el primer dictamen conjunto sobre aplicaciones para móviles, donde se recogen todos los riesgos que este tipo de apps entrañan para la intimidad personal, y se recomiendan algunas directrices básicas que empresas, operadores y usuarios deben de llevar a cabo para el correcto cumplimiento de la normativa vigente.

Entre esas directrices están la de informar previamente sobre qué datos se recogen y en qué momento se realiza tal recogida, adecuar el volumen de información a la edad y ocupación del usuario, y la posibilidad de ejercer los derechos de oposición a tal recogida, rectificación de esos datos, cancelación de los mismos y, por último, acceso a cualquier tipo de información que de los ellos se derive.

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