Las ciberamenazas empresariales aumentan tanto como la preocupación y sus peligros. No hay más que mirar cómo hemos comenzado el año. Por tanto, blindar la seguridad es una necesidad inaplazable que debe adaptarse a los ciberdelitos que son tendencia. Al gestionar una empresa, protegerla es una de las prioridades. ¿Estás preparado? Recurre a Gesprodat.
¿Cuáles son las principales ciberamenazas empresariales para 2023?
Los ciberdelincuentes no descansan e idean continuamente nuevas estrategias y planes maliciosos. Tres ciberdelitos son tendencia este año, por lo que te obligan a redoblar tus esfuerzos de autoprotección.
Ciberchantaje
Fusionan la extorsión y la estafa. Suelen utilizar el envío de correos electrónicos cuyo aparente remitente es el propio destinatario.
Por lo general, te avisan de la instalación de un troyano en tu equipo. A continuación, suelen pedir un ingreso en criptomonedas para evitar la ciberamenazas empresariales vertidas. Van desde el robo o la difusión de información a la destrucción de los equipos. La publicación de un post con una cuenta atrás es el modus operandi renovado.
Adicionalmente, pueden sumarse amenazas como el phishing, el fraude de CEO y la sextorsión. En este último caso, por ejemplo, se informa a la víctima de que su dispositivo ha sido hackeado y se han obtenido vídeos sexuales comprometedores. Si no se realiza un determinado pago en criptomonedas a tiempo, esas imágenes comprometedoras serán difundidas a sus contactos.
Para identificar estos mensajes, fíjate en estos rasgos:
- La dirección de la cuenta de envío es, aparentemente, la tuya. Sin embargo, no es así.
- Incluyen un mensaje alarmante que indica que tu dispositivo ha sido comprometido e infectado por malware.
Una vez recibida la comunicación, recuerda que el 99,9 % de las veces es una mentira. Haz caso omiso, no debes pagar nunca. Elimina el email de tu bandeja tras notificar la incidencia a las autoridades y al responsable de IT.
Fugas de datos
Esta ciberamenaza es doblemente preocupante: el robo de información puede poner en jaque las estrategias empresariales y comunicacionales. A fin de cuentas, la privacidad resulta fundamental para un buen número de negocios, proyectos y actividades. Cuando se filtran informaciones como direcciones de correos, números de cuentas, expedientes médicos o informes privados los perjuicios ocasionados, con frecuencia, son irreparables.
Además, la Ley de Protección de Datos sanciona a las empresas que no han blindado las informaciones personales que gestionan. Por lo tanto, al daño objetivo se suman los costes de las multas recibidas.
Los ataques desde la dark web, el phishing y la ingeniería social realizados por ciberdelincuentes son las secuelas habituales a estas peligrosas fugas de datos.
Falsa reputación
También los hackers buscan notoriedad, visibilidad y buena imagen, ya que les viene muy bien que se hable de ellos. Por este motivo, intentan que se les asocie a las ciberhazañas más impactantes.
Así, algunos centran sus esfuerzos en superar las barreras de seguridad de compañías e instituciones especialmente reputadas. Cuando lo consiguen, presumen de haber pirateado a esas organizaciones. De este modo, su gesta se puede hacer viral y, en consecuencia, reportarles jugosos beneficios. El daño colateral es que la imagen de la entidad afectada queda destrozada y sus negocios dañados. Es más, algunos de estos ciberterroristas ni siquiera se molestan en lograr su propósito. Directamente, mienten y aseguran haberlo hecho, aunque no sea cierto.
Permanecer alerta y reaccionar con tanta rapidez como eficacia son las claves para prevenir o contrarrestar las ciberamenazas empresariales. En todo caso, procura reforzar la ciberseguridad de tu negocio lo antes posible.
