¿Cómo evaluar los programas compliance?

La implantación de programas compliance en la empresa exige que, cada determinados periodos, se proceda a realizar una evaluación con el fin de determinar si los objetivos propuestos han sido cumplidos, así como también de identificar las debilidades erradicar. En este artículo te lo contamos todo.

Efectividad de programas compliance

Con el fin de que las empresas puedan mantener una relación veraz y útil tanto con los sujetos con los que se relaciona (clientes, proveedores, empleados, consumidores, entre otros) como la capacidad de valorar el alcance y riesgo de su responsabilidad penal, es preciso que realice un estudio del efectivo cumplimiento del sistema de gestión compliance instaurado.

Dicha actuación no solo permitirá a las organizaciones mejorar su funcionamiento interno, sino que también le permitirá prevenir y erradicar la comisión de ilícitos penales por los cuales puede ser responsable, ex artículo 31 bis del Código Penal.

Aspectos de la evaluación compliance y gestión de la empresa

Existen diversos aspectos de cuyo análisis se puede extraer una evaluación del modelo de cumplimiento normativo implantado en la organización. Algunas de las facetas sobre las cuales se puede realizar el indicado análisis son las siguientes, no te las pierdas:

La estructura, el diseño y forma de la empresa:

Es imprescindible que todas las medidas creadas e implantadas en una organización sean ideadas teniendo presente la propia configuración de la entidad, pues los riesgos variarán de unas empresas a otras.

Además, no solo es suficiente valorar las medidas en abstracto, sino que es necesario comprobar que las mismas son entendidas y adaptadas a cada contexto o área dentro de la entidad. En otras palabras, es preciso identificar si cada grupo ha comprendido las funciones asignadas, distribuyéndose las mismas de conformidad con las responsabilidades asumidas. Como resulta comprensible, no estará expuesto al mismo procedimiento un alto directivo de una sociedad que un empleado perteneciente al equipo de marketing, si bien ambos tienen que asumir, en sus respectivas esferas, diversos compromisos normativos y sociales.

El grado de implantación y cumplimiento:

Este es uno de los indicativos más importantes, puesto que permitirá determinar cuáles de las medidas creadas han sido efectivamente implantadas y, en su caso, si las mismas se cumplen íntegra o parcialmente.

En el primer supuesto, nos hallaríamos ante una situación de plena aplicación del programa compliance diseñado, lo cual permitirá que la empresa fije nuevos retos a conseguir.

En el segundo, ante la necesidad de realizar un estudio de las causas y motivos por los cuales las medidas no han sido plenamente ejecutadas y determinar otras complementarias o sustitutivas más eficaces, como por ejemplo, la mejora de la formación o concienciación.

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Plasmación documental:

Uno de los objetivos de los modelos compliance es poder demostrar la diligencia debida de las entidades en la prevención de ilícitos penales, por lo que conviene, en orden a poder demostrar la misma, que el programa tenga su reflejo en un soporte físico duradero, en el que se detallen los diferentes hitos conseguidos, así como las medidas adoptadas, los Planes de acción definidos, la diversificación de funciones y los retos propuestos y alcanzados.

Revisión periódica:

El nivel de cumplimiento normativo estará íntimamente relacionado con la capacidad de actualización de la propia organización, que tendrá que modificar o crear nuevas medidas con la finalidad de dar satisfacción a todas las modificaciones legislativas, así como también con la incorporación de las mejoras tecnológicas o técnicas con las que se pueda lograr una mayor eficiencia.

Como puedes ver, se evidencia la necesidad de someter los programas compliance instaurados en la empresa a un sistema de evaluación periódico, con el objetivo de incorporar todas las actualizaciones y mejoras y de solventar aquellos defectos que se detecten.

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