Visa y Mastercard aúnan fuerzas para conseguir una mayor seguridad en los pagos y una correcta gestión de los datos personales de los clientes.
El aumento paulatino que está experimentando el comercio electrónico en todo el mundo ha hecho que el uso de tarjetas de crédito también haya crecido, dado que este es el sistema de pago más utilizado en las transacciones de tipo virtual. Además, el hecho de vincularse estos pagos en la red a unos datos de carácter confidencial produce inseguridad en los usuarios preocupados por una incorrecta utilización de su información personal.
Por ello, recientemente se ha sabido que dos grandes empresas dedicadas a la disposición de tarjetas de crédito, Visa y Mastercard, se han unido para incorporar a sus tarjetas la tecnología EMV, considerada en la actualidad como la más segura por utilizar chips informáticos en lugar de bandas magnéticas.
Las consecuencias de dicha incorporación son variadas. Por un lado, se aumenta la seguridad en los propios pagos, pues la tecnología EMV es más difícil de falsificar. Por otro, se termina con las filtraciones de datos, como las que afectaron a millones de minoristas en Estados Unidos el pasado año, que ocasionaron filtraciones de credenciales personales a todo tipo de empresas.
La iniciativa se suma a otras propuestas similares que están teniendo lugar recientemente, y que afectan a la seguridad en las cookies, la gestión de datos personales o el derecho al olvido. Es, en suma, un movimiento de corte mundial, recientemente conocido por particulares, profesionales y alguna consultoría de protección de datos; en el cual se tienen cada vez más en cuenta la protección de datos y el derecho a la intimidad de los usuarios. Medidas que, en cualquier caso, benefician a todos los usuarios preocupados por mejorar la seguridad en las transacciones comerciales que realizan por Internet.
